Desde los tiempos más remotos, los Iniciados conocieron el poder de la palabra. Es por eso que la bendición todavía tiene tanta importancia en los ritos religiosos de hoy.

La palabra “bendecir” significa: decir cosas buenas, en el sentido de pronunciar palabras que son buenas.

La verdadera bendición es, por tanto, un gesto de magia blanca

Por supuesto, para realizar ese acto de magia blanca, el hombre debe ser desinteresado, puro y capaz de autocontrol.
En cuanto a quien recibe esta bendición, es necesario que sea al menos receptivo, ansioso por evolucionar y trabajar por el bien. Si estas premisas no existen, la bendición sigue siendo ineficaz.

Sin embargo, a pesar de todo, siempre es bueno guardar el rito de la bendición, con la esperanza de que un día, cuando la humanidad tome conciencia de su significado, se convierta en una palabra y un gesto eficaz.

Amor y buenas vibras

Todo, objetos, alimentos y criaturas deben ser bendecidos. Hay que hablar con amor y dulzura no solo a los humanos, sino también a las flores, pájaros, árboles y animales, ya que este es un hábito divino.

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El que sabe pronunciar palabras inspiradoras y vivificantes tiene una varita mágica en la boca

Nunca se pronuncia en vano, porque siempre hay en la naturaleza uno de los cuatro elementos: tierra, agua, aire o fuego, listo, atento, esperando el momento de participar en la realización de todo lo expresado.

También puede ser que la realización tenga lugar en un lugar muy alejado del que ha dado los gérmenes y que, por tanto, no se pueda ver; sin embargo, debes saber que sucede, las palabras son poderosas y debes aprender a usarlas para transformar todo lo que te rodea y también para transformarte a ti mismo.

Bendecir para el amor la felicidad

Cuando tengas frío y te sientas solo y abandonado, cuando tengas la impresión de que nadie te ama, pronuncia la palabra “amor” una, dos, diez veces, y de las más variadas formas: desatarás los poderes cósmicos del amor y ya no te sentirás solo o abandonado.

Cuando te sientas inmerso en la oscuridad, como si hubieras caído al fondo de un abismo, di las palabras “sabiduría” y “luz” para que vibren y canten en todas las células de tu cuerpo. En ese instante todo se aclarará en ti.