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¿Cuánto se debe cobrar por una traducción?

Es probablemente la pregunta más formulada sobre la traducción y es una buena pregunta. Por ejemplo, si trabajas como autónomo y no te han pagado por tu último proyecto de traducción, ¿harías otro? La respuesta es, casi con toda seguridad, “no”. Como autónomo, no debes aceptar ningún tipo de compensación por parte de terceros que te entreguen traducciones. Eso significa que los clientes que se ofrezcan a pagarte directamente o que te den cualquier tipo de incentivo para que produzcas más trabajo no pueden ser considerados como traductores: Si no te pagan por entregar traducciones de calidad, no están prestando un servicio y no deben esperar que se les compense. Los clientes que no te pagan directamente pueden ser un problema o no, pero cuando aparecen, hay que tener en cuenta sus implicaciones a la hora de fijar las tarifas. Por ejemplo, imagina que ofreces servicios premium como la edición de vídeos o el diseño de páginas web en lugar de limitarte a dar textos para traducir. Tendrías que fijar tarifas más altas para estos servicios, ya que podría haber otros proveedores dispuestos a ocupar tu lugar (aunque esto también podría depender de los parámetros del mercado). No obstante, en general, siempre es recomendable consultar con la propia conciencia antes de cobrar por cualquier motivo. La cantidad cobrada debe reflejar lo que el cliente recibe en términos de calidad, relación calidad-precio y alcance del trabajo. Entonces, ¿cuánto hay que cobrar por una traducción?

¿En qué se traduce la calidad?

La idea es que si un cliente te paga por un determinado nivel de calidad, entonces debes ofrecer ese nivel de calidad. Esto está relacionado con el concepto de “alquiler”. Cogemos una casa y se la alquilamos a nuestro amigo. La idea es que si nuestro amigo nos paga por un determinado nivel de calidad, entonces debemos proporcionarle ese tipo de calidad. En algunos casos, esto puede significar hacer algún tipo de trabajo de electricidad, en otros, de fontanería, etc.

¿Cuánto se debe cobrar por una parrafada?

Todo depende de la relación que se tenga con el cliente. Si eres un traductor autónomo y el cliente te paga directamente, probablemente sea porque quiere que trabajes en un contenido que requiere un alto nivel de traducción y quiere que lo hagas rápido. Si el motivo es que el cliente es una Empresa de traducción y quiere que trabajes en sus materiales, puedes cobrarles por todo el documento, incluida la paráfrasis. Si no formas parte de un equipo y no sabes la razón exacta por la que el cliente te ha contratado, siempre puedes suponer que quiere que trabajes en una paráfrasis. El pago de las paráfrasis debe basarse en los mismos principios que los de otros tipos de trabajo, por ejemplo, el tiempo de trabajo, la calidad de la paráfrasis, etc.

¿Alguna vez se cobra por un reenvío?

En algún momento de la relación comercial, usted será responsable de enviar revisiones a un cliente. Esto puede formar parte de su servicio habitual o de un proyecto. Si cobra por los reenvíos, debe indicarlo en su contrato. Si lo incluye en el precio de su servicio habitual, debería considerar la posibilidad de aumentar sus tarifas. Si cobra un suplemento por el reenvío, debe incluir en su contrato detalles que lo expliquen, como el coste del transporte de vuelta, el coste del texto revisado y el coste de los materiales utilizados.

¿Se cobra alguna vez por un trabajo de edición o corrección?

De nuevo, esto forma parte de su servicio habitual. Si cobra por la edición o la corrección, debe indicarlo en su contrato. Si lo incluye en el precio de su servicio habitual, debería considerar la posibilidad de aumentar sus tarifas. Si cobra un suplemento por la edición o la corrección de pruebas, debe proporcionar detalles en su contrato que lo expliquen, como el coste del tiempo del editor, el coste de los materiales utilizados, el formato previsto y el número de revisiones previstas, y el tiempo previsto para el trabajo.

Conclusión

En definitiva, es importante comprobar el motivo real por el que un cliente te ha contratado. Puede que solo quieran que hagas una paráfrasis para ellos, o que quieran que trabajes en un determinado tipo de contenido. En muchos casos, esto será obvio desde el principio, mientras que en otros casos te llevará algún tiempo darte cuenta de cuáles son los requisitos. Cuando sepas el motivo por el que te han contratado, podrás intentar ser más preciso en tu trabajo y aportar más valor al cliente. Si no estás seguro de algo, peca de honesto y los cargos deben reflejar esto. A la hora de cobrar por los servicios de traducción, hay que tener en cuenta el nivel de calidad, la cantidad de trabajo que conlleva, el precio de los materiales utilizados, los plazos y si el trabajo se puede repetir o no.

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